Además de no potenciar adecuadamente las capacidades del individuo, si no se ofrece una estimulación adecuada, podría derivar en otro tipo de dificultades (educativas, sociales, psicológicas) a corto y largo plazo y por supuesto implicaría la reducción de sus potenciales. Facilitar el máximo desarrollo de sus potenciales y capacidades debería ser el objetivo.

Observar, mirar, estar atentos. Conocer a nuestr@s niñ@s.

Además, se debería analizar los trabajos que realiza, observar en el aula y en el patio, la relación con los otros, con los adultos, el tipo de preguntas y respuestas que realiza,los juegos, el tipo de actividades que prefiere, el rendimiento académico, informes, entrevistas… y aplicar cuestionarios e instrumentos de evaluación adecuados.

No siempre, según nuestra legislación a nivel educativo, se diferencia entre superdotación, talento y precocidad intelectual.